lunes, 30 de enero de 2012

Paradojas

Existe la anécdota de un aviador en la primera Guerra Mundial que al notar una mosca cerca de su cara la agarró con la mano y cuál no fue su sorpresa al comprobar que se trataba de una bala de fusil que alguien había disparado contra él. Aunque la anécdota parece increíble y propia de la fantasía pu-diera muy bien ser cierta. Pues al ser disparada la velocidad de una bala es de unos 800/900 km/h pero por efecto de la resistencia del aire va frenando su velocidad y al final su velocidad es de unos 40 m/seg, velocidad del mismo orden que un aeroplano de aquellos tiempos. Si la dirección del proyectil y del avión son coincidentes y sus velocidades iguales, el efecto es como si el proyectil estuviera en reposo respecto del avión.

Un objeto lanzado desde un vehículo en marcha lleva la misma velocidad del vehículo desde el que ha sido lanzado. De ahí el peligro y la consiguiente prohibición de arrojar objetos desde la ventanilla de un tren o autobús.

Gatos: Todos sabemos que caen de pie.Pero tampoco es cierto eso, a veces no caen de pie los pobres.

Una caída de un gato podría ser peor si es desde un primer piso, o menos altura, que desde un 3º.El por qué, fácil.

El gato tiene mecanismos de equilibrio y autodefensa muy instintivos.
Cuando nota cierta aceleración peligrosa para su caída, adopta una postura apta para aterrizar, con las patas estiradas y encogido para así amortiguar el impacto contra el suelo.Si la distancia es corta, tal vez no le de tiempo a adoptar esas medidas y el daño puede ser mayor que desde una altura mucho mayor.
Es sorprendente el caso pero cierto, el gato adopta su mejor postura defensiva dependiendo de la aceleración.
http://www.youtube.com/watch?v=AMKHZZQmMaU

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